Brevedad


Paso tras paso me voy bebiendo la tarde a tragos lentos
bajo los árboles, sobre las calles, en tus recuerdos.
Breve fui, corto como la llama del rayo que incendia el suelo
y breve fuiste tú, pasajera, casi fortuita.
Dos días, dos semanas, dos meses, dos fuimos.
La tarde me trajo la brisa de tu pelo mojado,
lo suave de tus pasos, lo firme de tus manos,
lo grave de tu voz, lo fuerte de tus sueños.
Todo fugaz, tan fugaz como el recuerdo.
Y así, de prisa, la noche se llevó el aire con aroma de tu cuerpo,
y mi voz no tuvo más donde anidar,
perdí el ancla de tus manos, las alas de tus dedos,
perdí el instante, el beso, la palabra, me perdí entero.

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