Caí una vez

Me siento un poco muerto
Pero aún así todas las mañanas
el frío seguirá rozando mi mejilla.

Estamos a mano, ni un segundo más,
ni una palabra menos.

Pero tal vez después de todo, te debo algo,
tres, cuatro o cinco poemas que, si rompes
estaremos entonces a mano, así
ni una palabra de más ni un segundo de menos.

De cualquier forma el viento frío de la madrugada
seguirá despertándome para recordarme que por más
de un día estuviste presente en mi ensueño;
pero estamos, creo yo, a mano.

Ni un día de más, ni una disculpa de menos,
Ni una noche más, ni un día menos...

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